Los servicios de Hematología y Oncología del Hospital de Niños de la Santísima Trinidad brindaron esta semana un informe del trabajo de ambas áreas, ante la Comisión de Salud Humana y la de Niñez, Adolescencia y Familia.
La reunión conjunta contó con la participación del director del Hospital de Niños, Juan Ledesma; la subdirectora, Verónica Petri; la jefa de Oncología Pediátrica, Celina Castro y el jefe de sección de Hematología, Carlos Hollman.
Asimismo, participaron de forma remota Gissela Biazzi y Johana Rivarola, quienes comentaron, ante las legisladoras y los legisladores, su experiencia como madres de pacientes oncológicos.
Las autoridades del hospital provincial detallaron a su vez las características del trabajo en los sectores que conducen. Así, comentaron que entre las patologías oncohematológicas, la de mayor ocurrencia es la leucemia.
En Argentina, dijeron, se diagnostican 490 casos de leucemia aguda por año en pacientes pediátricos, y unos 150 linfomas. En el Hospital de Niños de Córdoba, en el período 2010-2020 se han diagnosticado 240 nuevos casos de leucemias agudas, lo que resulta en un promedio anual de 24 casos.
Según el Registro Oncopediátrico Hospitalario Argentino (ROHA), para la provincia de Córdoba se estima un total de 38 nuevos casos por año. De este modo, el Hospital de Niños de la Santísima Trinidad atiende al 65 por ciento del conjunto, mientras que el 35 restante acude al Hospital Infantil, de gestión municipal, y al sector privado.
Cabe destacar que el Hospital de Niños está categorizado entre los centros nacionales que realizan cirugías de alta complejidad.
Los funcionarios presentes también ofrecieron datos referidos a los niveles de trasplante, así como otros que hacen a las diversas cuestiones que atienden. Asimismo, respondieron inquietudes de las legisladoras y los legisladores.
El doctor Juan Ledesma manifestó: “Es un orgullo ser médico pediatra formado en este Hospital de Niños, en este momento llevar adelante su gestión y contar con los profesionales con los que contamos. También es un orgullo tener un servicio oncohematológico como el que tiene el Hospital, y ver su evolución desde el momento en que ingresé a la residencia, en el año 1986”.