Convocada por la presidenta de la Comisión de Prevención, Tratamiento y Control de las Adicciones, Silvia Paleo, este jueves se llevó a cabo una reunión telemática en la que legisladoras y legisladores abordaron el asunto de las adicciones comportamentales.
Para ilustrar esta problemática que tuvo especial incidencia durante la pandemia, la comisión contó con la participación de Leticia Luque, licenciada en Psicología, doctora en Ciencias de la Salud y coordinadora, además de exdirectora, de la Maestría en Salud Mental de la UNC. Actualmente Luque dirige también un equipo abocado al estudio de la especificidad conceptual y el juicio social sobre las adicciones.
La especialista definió a las adicciones como aquellas conductas que evidencian un “deterioro en el control del comportamiento”, una “falla en la posibilidad de controlar el comportamiento”. Como ejemplo citó el de un adicto al trabajo, que no lo hace “porque sea una persona comprometida: trabaja porque no puede dejar de trabajar, y en lo único que encuentra placer es trabajando”.
Luque manifestó que aboga por la búsqueda “de un modelo teórico sólido, que de una vez por todas proponga el concepto de ῾adicción᾽”, de modo que ya no haga falta “hablar de adicciones a sustancias o comportamentales: adicciones en general, y cuando lo decimos sabemos de qué estamos hablando”.
Para esto, detalló, resulta preciso “determinar cuáles son aquellas cosas que diferencias a una adicción de cualquier otro tipo de trastorno. Por ejemplo: una persona que tiene adicción al trabajo, de una que tiene un trastorno obsesivo compulsivo”.
Explicó que los llamados adictos comportamentales recienten su vida personal, social, las horas de sueño, el baño, la comida, etcétera, por llevar a cabo el objeto de su adicción. Asimismo, al igual que en la adicción a sustancias se verifica en estos casos un incremento de los comportamientos adictivos a pesar de las consecuencias negativas que ocasionan.
“El resto de la gente les reclama atención, pero esas personas no pueden detenerse en su comportamiento adictivo: trabajar, comer, comprar, apostar, etcétera. Ese es el núcleo básico: hay que apuntar a eso, al reconocimiento de cuáles son las rasgos que definen una adicción. No tenerle miedo a la palabra adicción, descargarle la connotación peyorativa. Y no hablar del ῾adicto᾽, sino de ῾personas con comportamientos adictivos᾽”.
Las y los legisladores integrantes de la comisión comprometieron la participación de la doctora Luque en futuras reuniones que permitan avanzar en el tratamiento parlamentario de este asunto de salud pública.