Micaela “La Negra” García (21) era una joven residente en la ciudad de Gualeguaychu; estudiante de educación física y una militante comprometida con su sociedad. En abril de 2017 Micaela fue víctima de femicidio. El trágico final de su vida fue uno de los hitos que comenzó a torcer el rumbo de la sociedad en materia de género.
La Ley nacional 27.499 –que lleva el nombre de esta joven entrerriana en su memoria- establece la capacitación obligatoria en género y violencia de género para todas las personas que se desempeñan en la función pública.
Córdoba adhiere a la normativa pero no se detiene allí. La Legislatura acaba de extender su aplicación a todas las entidades deportivas de la provincia. La decisión se tomó con el consenso unánime de los parlamentarios luego de oír las voces de aquellas jóvenes y mujeres que luchan por la representación femenina en los clubes de sus amores.
“Las mujeres sostenemos a los clubes”
“Nosotras también estamos, nosotras también somos socias, nosotras también somos hinchas. Necesitamos gente en los lugares de decisión que nos representen”, dice Florencia Micocci, integrante de EMA Albiazules y Feministas – Club Talleres. Con estas palabras también bosqueja cómo es la ‘cancha’ que les toca recorrer a las mujeres.
Elegir un deporte, practicarlo, competir y alcanzar metas debería estar garantizado para todo niño, niña, adolescente y adulto. Pero la realidad muestras otro escenario para las chicas.
“Si yo quisiera ser presidenta, no puedo, ni vice, ni tesorera, ni nada”, cuenta Elisa Balestro, jugadora de fútbol femenino en Club Huracán. Pero con la reciente sanción se permite anhelar “cambios de conciencia” entre los directivos y autoridades de clubes que los lleve a decir: “‘bueno, cambiemos el estatuto y le damos el lugar a las mujeres’, que lo tenemos ganado”.
En este marco, “Betu” Ballari, de Club Los Vaqueros y de Futboleras Organizadas Córdoba, asegura que las entidades deportivas “tienen un rol protagónico en la integración, y en relación a la construcción de sociedades igualitarias y respetuosas de las diferencias”.
Pocas instituciones cordobesas han comenzado a trabajar en perspectiva de género dentro de sus organizaciones. Solo lo hacen aquellas que reconocen en la capacitación una instancia necesaria para la prevención de las violencias.
Camila Juncos, del Área de Géneros del Club Belgrano, estima que el trabajo deberá comenzar puertas adentro: “Para los compañeros y compañeras trabajadoras y trabajadores, para la comisión directiva, para el plantel de primera división masculina, para las chicas de fútbol femenino”.
Para estas jóvenes comprometidas con el deporte, como es el caso de Elisa, la fuerza de ley conferida recientemente por el Poder Legislativo “era súper necesaria; era urgente que (La Ley Micaela) esté presente en los clubes”.
Precisamente Camila sentencia a esas instituciones como “espacios que hay que deconstruir desde cero y volver a construir” de la mano de la formación continua.
“No hay nada más importante” que hablar de perspectiva de género en los clubes -resalta Florencia- espacios donde los varones acaparan posiciones y dejan poca o nula accesibilidad a las niñas, jóvenes y mujeres cordobesas.
Visibilizar esta realidad es reconocer la desigualdad de oportunidades en el deporte.
En consecuencia, “es fundamental que las entidades deportivas tengan el compromiso de incluir equipos femeninos” en sus planteles; porque “las mujeres sostenemos los clubes, muchas mujeres somos parte de los clubes. Lo que pasa es que la historia nos invisibilliza”, cierra Betu.
Cada vez que salen a la cancha, cada vez que luchan por sus espacios, las chicas siguen cambiando la historia.