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Córdoba Inclusiva: el desafío de ponernos en el lugar del otro

Con la vigencia de la Ley 10.728, no solo se busca quitar las barreras que obstaculizan la participación de las personas con discapacidad en los ámbitos del Estado. También propone transformar el desconocimiento y los modos victimizantes, en formas adecuadas de dirigirse a las personas con discapacidad


Con la implementación de la Ley Córdoba Inclusiva se planeta la conveniencia de abordar a la discapacidad desde una perspectiva de inclusión social, con foco en la accesibilidad, la participación, el reconocimiento de la diversidad y el respeto.

La Ley 10.728, sancionada con el apoyo de todos los bloques de la Legislatura cordobesa en el año 2020, define que su objeto es la formación y capacitación obligatoria, continua, permanente y actualizada en el trato adecuado a personas con discapacidad y la accesibilidad universal de los espacios de dominio y uso públicos”. Esto deviene en instancias de aprendizaje, las que se imparten a los agentes de los tres poderes del Estado.

En estas capacitaciones, los contenidos se anclan desde un paradigma basado en derechos donde el concepto de discapacidad deja de ser “un atributo de la persona”, y se presenta como “una característica intrínseca de la condición humana, un hecho universal”, a la que toda la población está potencialmente expuesta.

Así lo afirma la doctora María Elisa Martínez Ottonello, directora de las acciones que se desprenden del Programa Córdoba Inclusiva, dependiente de la Subsecretaría de Discapacidad, Rehabilitación e Inclusión, del Ministerio de Salud de Córdoba.

“La discapacidad es transversal a todos, en algún momento de nuestras vidas todos vamos a vivir una situación de discapacidad. Entonces, nos queda por delante generar una sensibilización en la población para favorecer la vida de las personas con discapacidad y equiparar sus oportunidades”.

Doctora María Elisa Martínez Ottonello

Así, los Talleres de Trato Adecuado que coordina Martínez Ottonello, se presentan como oportunidades para aprender a transformar el desconocimiento y los modos excluyentes, en formas adecuadas de dirigirse a las personas con discapacidad.

Capacitadores de la inclusión


Los talleres de Trato Adecuado son dictados por instructores que pertenecen a la Subsecretaría de Discapacidad. El equipo es interdisciplinario y sus encuentros ya no solo están disponibles para los agentes de los tres poderes del Estado: instituciones y organizaciones de la sociedad civil también comienzan a interesarse.

Es que la inclusión debe ser vista como un proceso, una búsqueda continua de respuestas para una sociedad y la diversidad que la caracteriza, donde la accesibilidad ya no solo se refiere al diseño arquitectónico de los espacios: la comunicación y el lenguaje son complementarias y requieren de su atención.

Sandra Agüero es una de las capacitadoras del equipo. Desde su experiencia como persona ciega lleva estos conceptos de inclusión, accesibilidad y derechos a instancias de lo cotidiano. Por ejemplo, sugiere dirigir cualquier consulta o ayuda directamente a la persona con discapacidad, y no a las personas que pudieran acompañarla: “Acercarse y preguntar, ´¿necesitas ayuda?´ Entonces la persona con discapacidad les va a decir sí o no”, indica.

“Es importante que la gente tome conciencia que no somos algo raro, o algo de otro mundo. Somos personas, como ellos, como todos ustedes. Y es importante realizar este taller para perder esa barrera del miedo, del temor”, afirma Sandra.

Otra de las capacitadores es Carolina Rodríguez, profesora de Lengua de Señas y docente en los cursos de Lengua de Seña que se dictan para agentes de la administración pública central.

Córdoba Inclusiva: el desafío de ponernos en el lugar del otro

Para Carolina es importante romper las barreras de comunicación que las personas sordas encuentran en ámbitos de lo público, y entiende que comienza con el reconocimiento a la Lengua de Señas: “No es un lenguaje. Hay muchas personas que dicen ‘lenguaje de señas’. Es una lengua, reconocida como un idioma, con su gramática y propio de la comunidad sorda”.

Y sobre este grupo social, indica cuál es la expresión acertada para referirse a sus miembros: “No somos personas sordomudas, somos personas sordas. Algunos hablan de discapacidad auditiva, pero eso tiene que ver con el paradigma médico y un diagnóstico que se incluye en el certificado de discapacidad. Nosotros, las personas sordas, desde una perspectiva de derechos, nos consideramos personas sordas”, remarca la docente.

Del mismo modo, los capacitadores explican que el error más frecuente que se comete con las personas con deficiencia visual es intentar asistirlos “agarrándolos del brazosin consultarles”.

Para estos casos, Cristian Rodríguez, que desde hace 9 años diserta y comparte con el público la manera apropiada de dirigirse a las personas ciegas como él, explica:

“La forma correcta sería que yo tome a la persona del hombro o del brazo, y que ella vaya un paso adelante. Nosotros pondremos el bastón hacia delante para poder guiarnos y sentir mayor seguridad”, ejemplifica.

Estas y otras situaciones son algunas de las recomendaciones que se ilustran en los talleres, además de compartir conceptos y normativas que reflejan el respeto por los derechos y oportunidades que asisten a las personas con discapacidad.


Para tener en cuenta


La capacitación sobre la Ley Córdoba Inclusiva ya se encuentra disponible para la ciudadanía en general. Solo se precisa tener una cuenta de Ciudadano Digital Nivel 1, e ingresar al Campus Virtual. El acceso es gratuito.

A través de módulos que pueden realizarse paulatinamente, se comparte la legislación vigente, enfoques para abordar la discapacidad, además de formas correctas y respetuosas de dirigirse a las personas con discapacidad.

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