La vicegobernadora de Córdoba, Myrian Prunotto, encabezó este martes la presentación del programa provincial Biolosetas, un innovador sistema de protección mecánica para cables eléctricos subterráneos fabricado con envases vacíos de fitosanitarios reciclados. El sistema fue lanzado por los ministerios de Infraestructura y Servicios Públicos, de Ambiente y Economía Circular, y de Bioagroindustria.
La presentación se concretó en el auditorio de La Voz del Interior. Estuvieron presentes la ministra de Ambiente y Economía Circular, Victoria Flores; el secretario de Agricultura y Recursos Naturales, Marcos Blanda; y el subsecretario de Infraestructura Eléctrica, Ezequiel Turletto.
Las biolosetas se fabrican con plástico reciclado de envases de fitosanitarios. Reemplazan a los ladrillos convencionales utilizados para proteger cables en tendidos subterráneos. Se trata de tecnología circular que transforma residuos agrícolas en infraestructura eléctrica: losetas 95 por ciento más livianas con alta resistencia al impacto y mayor vida útil. De esta manera, se impulsa la economía circular en toda la provincia con triple impacto social, económico y ambiental, fortaleciendo la seguridad eléctrica y la descarbonización del sector energético.
El programa Biolosetas se articula con empresas transformadoras como Metal-Ce SRL, Neoscrap y Recicverde, sumando además la participación estratégica de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), las entidades cooperativas Face y Fecescor, Epec, escuelas técnicas y universidades.
Además, la iniciativa se nutre del programa Campo Limpio, del Ministerio de Ambiente y Economía Circular, que coordina la gestión de envases vacíos de fitosanitarios -según ley nacional 27.279-, involucrando a más de 110 empresas registrantes que representan el 90 por ciento de los envases del mercado.
Durante el lanzamiento, Prunotto expresó: “Quiero agradecer la presencia de todas las cámaras, porque este trabajo demuestra cómo la innovación puede impactar de manera transversal en cada sector. La articulación entre lo público y lo privado es fundamental, y por eso defendemos instituciones como el Inta y el Inti, que son claves para Córdoba y para el país”.
Después, Prunotto agregó: “Creemos en una producción que crezca con responsabilidad ambiental, generando valor agregado y mejorando nuestra infraestructura. Las biolosetas, los biotransformadores y las bioestaciones son ejemplos concretos de cómo Córdoba innova y agrega valor a su producción”.
“Somos únicos en el país en desarrollar estas soluciones y esto refleja la identidad de nuestra provincia: trabajar juntos, con compromiso y visión de futuro”, sostuvo luego la vicegobernadora.
Esta iniciativa se enmarca en el plan integral de modernización de la infraestructura eléctrica que impulsa el Gobierno de Córdoba, para favorecer la sostenibilidad ambiental y el reciclado de los insumos de la bioagroindustria. Así, la provincia se consolida como referente nacional en descarbonización del sector energético y políticas de triple impacto que conectan desarrollo productivo con responsabilidad ambiental.
A su turno, la ministra Flores dijo: “Gracias a la vinculación de Campo Limpio y de los tres ministerios del Estado provincial, además de otros actores que nos juntamos a pensar en algo distinto, estas losetas son posibles. Tenemos que animarnos a replantear nuestro modelo de producción y consumo porque podemos generar empleo, repensar nuestras industrias, nuestro campo, teniendo en cuenta el ambiente. Con estas losetas esto es absolutamente tangible y posible”.
En tanto, Turletto indicó: “Las biolosetas representan un salto tecnológico en infraestructura eléctrica que combina seguridad, sostenibilidad e innovación. Estamos revalorizando residuos del campo cordobés para proteger nuestras redes subterráneas, facilitando el trabajo de los técnicos y reduciendo nuestra huella ambiental. Es infraestructura con conciencia verde”.
El proceso
Las losetas de plástico reciclado -de color verde- miden 30 por 30 centímetros, con 4 milímetros de espesor; pesan apenas cuatro kilos, frente a los 60 kilos de las tradicionales de concreto; y presentan alta resistencia al impacto, la humedad y la degradación del suelo, según ensayos técnicos de dureza (10HBW), flexión e impacto que confirmaron su calidad.
El proceso de economía circular comienza cuando productores y aplicadores lavan los envases usados y los depositan en Centros de Almacenamiento Transitorio (CAT), donde se clasifican en reciclables y lavados. Posteriormente, operadores de plástico transforman estos envases en pellets o escamas que luego se procesan mediante extrusión y moldeo para fabricar las biolosetas. Este sistema beneficia directamente a trabajadores eléctricos de cooperativas, empresas distribuidoras y contratistas de toda la provincia, mejorando las condiciones de instalación, al eliminar la necesidad de autoelevadores e hidrogrúas para manipular las tapas tradicionales de concreto.
Las biolosetas ofrecen ventajas técnicas significativas en seguridad eléctrica: prevención de daños mecánicos por excavación, señalización clara de tendidos eléctricos subterráneos mediante su distintivo color verde y facilidad de instalación que reduce riesgos laborales. Ambientalmente, promueven la economía circular, al disminuir residuos del sector agrícola; reducen el consumo de recursos naturales y eliminan la huella hídrica asociada a la producción de concreto.


















